jueves, 13 de noviembre de 2008

El NIÑO DE LA ESPINA



Representa a un niño que se está sacando una espina de la planta del pie izquierdo sentado sobre una piedra que sirve de pedestal. A pesar de la inclinación de la cabeza para sacarse la espina, las líneas que predominan en la composición son la recta de la pierna sobre la que descansa la otra en horizontal formando ambas un ángulo recto que tiene a contrarrestar y contener la diagonal de la parte superior dando equilibrio a la composición. El niño no da muestras de gran dolor, ni su cara tampoco lo expresa. Estos aspectos, unidos al desnudo, contribuyen a mantener la obra en el clasicismo a pesar de las novedades: la representación de los niños y no solo la de los hombres o mujeres en la plenitud de la vida, así como lo anecdótico.
200 A.C.
Estilo: griego helenístico.
Material: mármol.
Localización actual: Museo Capitolino de Roma; Galería de los Uffici en Florencia

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